Ya seas un corredor con varios años de experiencia o un corredor recién iniciado en el mundo del running, es más que probable que hayas oído hablar del Boost, material revolucionario de Adidas que salió al mercado en 2013 y que cambió por completo la concepción que teníamos sobre las zapatillas de running, consiguiendo crear unas zapatillas que lo reunían todo en uno: amortiguación, suavidad, comodidad y un rebote más eficiente.
Pero, ¿qué es exactamente el Boost? ¡Cómo surgió el Boost? ¿Qué otras alternativas existen en el mercado?
LOS PRIMEROS MATERIALES AMORTIGUANTES
Hay que irse a los años 30 para encontrar por primera vez un material que podríamos considerar como amortiguante en las zapatillas de running. Se trataba de la hoy clásica espuma EVA, compuesta por una mezcla de acetato de etileno y acetato de vinilo.
El EVA, a pesar de no ser especialmente resistente a la abrasión y de no mostrar buenas propiedades en cuanto a deformación, tuvo un enorme éxito hasta el punto de haberse empleado con asiduidad hasta comienzos de siglo XXI. Variando la proporción de los componentes del EVA o usando un proceso de moldeado diferente era posible variar su densidad (es decir, su dureza), algo realmente útil, de ahí su gran éxito.
Sin embargo, el rango de variaciones que admitía el EVA no era tan amplio como a los fabricantes les hubiera gustado, de ahí que se empezaran a estudiar nuevos materiales. Aquí es donde nace el TPU (poliuretano termoplástico), material mucho más sencillo de trabajar, con mayor capacidad de deformación y que ofrece más posibilidades en cuanto a variaciones de densidad. Lo podemos considerar como el germen del Boost.
LA CREACIÓN DEL BOOST
Como ya hemos adelantado, es con el TPU donde comienza ha originarse el Boost. En concreto, cuando la empresa petroquímica BASF desarrolla la tecnología del TPU-microexpandido. Este material, formado por bolitas de pequeño tamaño, mostraba sorprendentes propiedades mecánicas, ya que disponía de una gran capacidad de deformación pero era capaz de recuperar su forma original al poco tiempo. De este modo, en cada deformación se acumulaba una gran cantidad de energía que se liberaba cuando el compuesto volvía a su forma original.
Con gran acierto, la compañía petroquímica vio la utilidad que podía tener este compuesto como material amortiguante en las zapatillas de running. En un primer momento se lo ofrecieron a Puma pero, tras su fallida colaboración, decidieron asociarse con Adidas. El resultado fue el lanzamiento de las Adidas Energy, primera zapatilla de la marca que incorporaba una mediasuela de Boost. Según datos de la firma alemana, el Boost mejoraba la amortiguación, era más cómodo e incrementaba el retorno de energía en un 55%.

Un punto muy importante es que, dado que la marca germana no es propietaria de la tecnología, otras muchas marcas han incorporado la tecnología TPU-microexpandido (la tecnología de Boost) en sus zapatillas. Por poner unos ejemplos, el EVERUN de Saucony o el DNA AMP de Brooks también se basan en esta tecnología.
Caso a parte son otras marcas como Nike, Asics o Mizuno que han decidido apostar por su propia tecnología en busca de mejorar las características del Boost. Vamos a analizar estos casos.
REACT: LA RESPUESTA DE NIKE
Era de esperar que el gigante americano no apostara por copiar una tecnología ya existente y empleara sus esfuerzos en desarrollar una tecnología propia. Han sido largos años de espera, de investigación en busca de esta nueva tecnología, pero finalmente en el año 2018 Nike saca al mercado las Nike Epic React Flyknit que incorporan el React en su mediasuela.

Como es habitual, la marca americana no ha proporcionado mucha información sobre los materiales empleados, únicamente se sabe que son compuestos completamente innovadores y que se ha usado la tecnología de geometría de fluidos. Todo ello probado por atletas de élite antes de su lanzamiento al mercado para asegurar la calidad de su producto.
Según datos proporcionados por la marca de Oregón la Epic React Flyknit es más suave, tiene una mayor duración y una mejor respuesta que la Lunar Epic Flyknit 2, además de ser un 30% más ligero que el Boost.
ASICS Y MIZUNO: EVOLUCIÓN CONSTANTE
Las dos firmas japonesas también han buscado responder al exitoso Boost con innovaciones propias.
De este modo, Asics puede presumir de haber desarrollado estos últimos años materiales novedosos que, a tenor de los resultados, parecen estar funcionando realmente bien.
Por una parte está el FlyteFoam Lyte, espuma con nanofibras incorporadas que vio la luz en el 2016 con la Gel Kayano 23 y que, siempre según datos de la propia marca, es un 55% más ligero que otras espumas.

Por otra lado Asics desarrolló FlyteFoam Propel, material similar al FlyteFoam Lyte pero con la particularidad de incorporar goma en su composición para hacerlo más reactivo, consiguiendo en conjunto un material amortiguante pero muy reactivo. De hecho, según información de su página web, el FlyteFoam Propel es el más reactivo de todas las tecnologías.
Mizuno siempre se ha caracterizado por presentar zapatillas resistentes, ligeras y muy reactivas, pero también muy duras y rígidas. Por tanto, tras el éxito del Boost también se vio obligada ha rediseñar gran parte de los materiales empleados en busca de una mayor suavidad. Este proceso culminó con el U4icx, situado en el talón, y el U4ic, también en la parte delantera, que mejoraban las prestaciones de la zapatilla tanto en amortiguación como en respuesta.